Los subgéneros líricos son las diferentes clases de poemas que puede haber en función de su tema y su intencionalidad. En este sentido, hemos de destacar los siguientes subgéneros:
Sátira:
Poema de tono humorístico, en el que el autor se burla de una persona, la sociedad en general, el comportamiento de la gente, sus ambiciones, sus deseos, etcétera. Consiste, por tanto, en una composición lírica que pretende criticar con ingenio y buen humor. Lee el siguiente poema:
Érase un hombre a una nariz pegado,
Érase una nariz superlativa,
Érase una alquitara medio viva,Érase un peje espada mal barbado;
Era un reloj de sol mal encarado.
Érase un elefante boca arriba,
Érase una nariz sayón y escriba,
Un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
Érase una pirámide de Egipto,
Las doce tribus de narices era;
Érase un naricísimo infinito,
Frisón archinariz, caratulera,
Sabañón garrafal morado y frito.
Un buen ejemplo nos lo proporciona Francisco de Quevedo, célebre poeta español del Siglo de Oro: en este poema, Quevedo se está burlando de su gran enemigo, el insigne poeta Luis de Góngora, incidiendo en que posee mucha nariz.
Elegía:
Poema que se emplea para expresar el dolor que el poeta siente por la muerte o desaparición de un ser querido, ya sea un familiar, un amigo... La nostalgia, la compasión y la tristeza son los sentimientos predominantes en estas composiciones, como podemos ver en este poema de Miguel Hernández:
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
Miguel Hernández dedicó este poema a su gran amigo Ramón Sijé, al que conocía desde su juventud y con el que compartía su pasión por la literatura. Hernández siente tanto su muerte que hubiese preferido morir él. Odia a la Muerte y no la perdona por llevárselo.
Égloga:
Poema que narra historias de amor protagonizadas por pastores, en una naturaleza bucólica, ideal, hermosa... Garcilaso de la Vega, uno de nuestros mejores poetas del Renacimiento, nos legó algunas de las mejores églogas en castellano, como, por ejemplo, esta que podéis leer a continuación:
El dulce lamentar de dos pastores,
he de contar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
(de pacer olvidadas) escuchando.
Oda:
Poema que se emplea para rendir homenaje a una persona, una cosa, un animal... a lo que sea. En las odas, el poeta ensalza las virtudes de la criatura u objeto que quiere alabar, expresando su admiración por él o ella. Aquí tenéis un fragmento de la Oda que, Pablo Neruda, (poeta chileno y premio Nobel de Literatura) dedica a unos calcetines:
Me trajo Mara Mori
un par de calcetines,
que tejió con sus manos de pastora,
dos calcetines suaves como liebres.
En ellos metí los pies
como en dos estuches
tejidos con hebras del
crepúsculo y pellejos de ovejas.
Violentos calcetines,
mis pies fueron dos pescados de lana,
dos largos tiburones
de azul ultramarino
atravesados por una trenza de oro,
dos gigantescos mirlos,
dos cañones;
mis pies fueron honrados de este modo
por estos celestiales calcetines…
un par de calcetines,
que tejió con sus manos de pastora,
dos calcetines suaves como liebres.
En ellos metí los pies
como en dos estuches
tejidos con hebras del
crepúsculo y pellejos de ovejas.
Violentos calcetines,
mis pies fueron dos pescados de lana,
dos largos tiburones
de azul ultramarino
atravesados por una trenza de oro,
dos gigantescos mirlos,
dos cañones;
mis pies fueron honrados de este modo
por estos celestiales calcetines…
No hay comentarios:
Publicar un comentario